Ya casi no me doy cuenta del creador sino de lo creado.
Antes echaba de menos esa sensación, pues siempre acababa pensando en situaciones que me eran ajenas. A pesar de no ser mías, no perdían el valor.
Ahora que ocurre todo lo contrario, me da hasta pena. El conocer menos, me obliga a abstraerme, me condena a pensar en mi vida. Tienen todo el valor del mundo y más, pero todo es ya muy diferente…diría que peor, pero no por ellas sino por mí.
Hay que hablar para comprender, y yo no predico con el ejemplo. No sé si estoy de acuerdo contigo, pero sí con tus palabras que llegan vestidas de gala.
No hay comentarios:
Publicar un comentario