Lo que te hace diferente tiene dos caras. La libertad está condicionada, no por mí, por el sentido común. No me importaría que me dijeran que mirara, si no hay nada que ver. Pero sí me importa cuando me dicen que mire, y veo que llevan razón. Los entiendo, y no les puedo dar una explicación coherente porque ni yo misma la tengo. No me sirve de nada preguntar, porque no obtengo respuesta.
Se puede pedir perdón sin saber por qué. Perdón sin arrepentimiento no sirve de nada; y sin embargo, está.
Hace tiempo que empecé a poner la mano en el fuego, y hoy está quemada. Y entonces dejé de apostar por gente, ahora sólo lo hago por mí.
No es cuestión de confianza, ni de querer,... nace de ahí, pero el respeto es otra cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario