No creo en el destino, y por eso no puedo culpar de nada a algo en lo que no creo.
A veces me gustaría simplicar las cosas, y me pregunto por qué el +2 no se va con un -2 en la vida real. No se pueden hacer desaparecer las causas, circunstancias, personas y duraciones que nos rodean. Me gustaría no tener un circo alrededor a los que las personas les importan un bledo y que no viven del aire sino del morbo. Espectadores ideales para los que pasan su vida vendiendo entradas para un espectáculo que juega con los límites de la intimidad. Nunca ha sido mi estilo, y por eso escribo.
Lo único que pienso hoy es que me he pasado años evitando ver la gota que se deslizaba por los vasos y ahora estoy buscándola en un vaso vacío. Y no encuentro ninguna explicación lógica a eso.
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