Que puedes hacer turismo de fotos desastrosas, pero que en realidad te lo estás pasando en grande subiendo palmeras, casi cayéndote al agua y buscando alternativas por si alguien se cae (sigue nadando para allá a ver si encuentras escaleras). Nos alejamos de los petardos de aquellos que están acostumbrados a pasar por las minas antipersona, que no es nuestro caso. Invadimos casas al más puro estilo okupa. Y admiramos cada banda que vemos… cada gigante y cada hoguera (rezamos para que no nos quemen).
Somos espontáneos, aunque no saltamos a campos de fútbol, tenemos más estilo.
Y los medios de transporte… que cambian de ruta y nos hacen bajarnos pasadas unas cuantas paradas…o los taxis que no están cuando más los necesitamos, que viene bien el senderismo a las 7 de la mañana para volver a casa.
Y que si hay amor en el aire no puede venir de otra forma que cantado por la terremoto de Alcorcón.
Seguimos siendo el animal capaz de torcerse el pie tres veces en el mismo agujero, de comer pizzas barbacoa sin salsa barbacoa con harina para hacer bizcochos de regalo, a veces con tinte minero, y de establecer proporciones.
Hasta la próxima :)
Yo y las nuevas tecnologías
Una aventura tecnológica... porque nunca estuve en esa clase, a pesar de que toooodo el mundo pensaba que sí.
Ahora veo las consecuencias de no haberlo hecho.
... y el color, tiene que ser azul aunque yo sea rojo.
Ahora veo las consecuencias de no haberlo hecho.
... y el color, tiene que ser azul aunque yo sea rojo.
domingo, 26 de junio de 2011
jueves, 9 de junio de 2011
Orgullo
Nunca se llega a perder, pero se intenta dejar de lado cuando te das cuenta de que estás perdiendo libertad.
Presos de la vanidad y la arrogancia, y del apetito desordenado de ser preferidos a otros, nos perderemos muchas cosas pero jamás las echaremos de menos. Culparemos al destino, a circunstancias y nos autoconvenceremos de que fue lo mejor.
Corremos además la suerte de que la soberbia nos ha puesto el mundo a nuestros pies, y nos ha hecho felices y fuertes. Nos creemos invencibles y no nos damos cuenta de que nadie quiere vencernos, ni siquiera compartirían una batalla con nosotros.
Puedo pasar sin, ese es el primer síntoma.
Pero realmente, aunque puedas, ¿es lo que quieres?
Presos de la vanidad y la arrogancia, y del apetito desordenado de ser preferidos a otros, nos perderemos muchas cosas pero jamás las echaremos de menos. Culparemos al destino, a circunstancias y nos autoconvenceremos de que fue lo mejor.
Corremos además la suerte de que la soberbia nos ha puesto el mundo a nuestros pies, y nos ha hecho felices y fuertes. Nos creemos invencibles y no nos damos cuenta de que nadie quiere vencernos, ni siquiera compartirían una batalla con nosotros.
Puedo pasar sin, ese es el primer síntoma.
Pero realmente, aunque puedas, ¿es lo que quieres?
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